Hoy, 15 de agosto de 2023, se cumplen 111 años de vida de nuestra querida Federación Agraria Argentina, en un contexto signado por muchas dificultades para los pequeños y medianos productores que representamos. Este tiempo está signado por las consecuencias de fuertes inclemencias climáticas, que azotaron a los federados a lo largo y ancho del país, sin contar con debida ayuda o apoyo por parte del Estado que, como siempre decimos, es siempre socio en las ganancias, pero nunca en las pérdidas. Además, vivimos momentos de una alta inflación, sin que se atisbe en el corto o mediano plazo una política que se decida a controlarla, para mejorar las condiciones de vida de los sectores más castigados de la sociedad. Y en este contexto, una fuerte proliferación de la pobreza, paradójicamente, en el país de los alimentos; una tremenda proliferación de tipos de cambio que también nos impacta subiendo nuestros costos y beneficiando a otros actores más grandes de las cadenas.
En este complejo escenario, vivimos también un año electoral, en el que los políticos (pese a nuestros muchos e insistentes esfuerzos) decidieron no atender a tantas necesidades que nos castigan, no solo por estas cuestiones coyunturales y/o derivadas de malas políticas públicas, sino también que venimos arrastrando desde hace tantos años. Así, parecen querer buscar en sus campañas fotos que los muestren cercanos a nuestro sector o atendiendo nuestras necesidades, sin que hasta el momento se traduzca en un verdadero compromiso con nuestras urgencias.
Así, llegamos a este aniversario dos días después de la celebración de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) que definieron los candidatos que finalmente competirán en octubre para conducir los destinos de nuestro país en el próximo período. Ahora sí, esperamos poder reunirnos con los aspirantes a la presidencia de la Nación, para entregarles nuestras propuestas; pero también para recordarles nuestras necesidades y urgencias, así como también las políticas públicas que necesitamos.
Como entidad, debemos continuar firmes, levantando nuestras banderas como lo hicieron aquellos pioneros en 1912, para pedir por políticas públicas que nos ayuden y sostengan en los pueblos que nos vieron nacer; que permitan sostener una agricultura con agricultores, es decir con personas trabajando en el interior productivo, generando no sólo producción agropecuaria sino también sosteniendo la cultura, la vida social y el arraigo en los pueblos del interior. Sólo a partir de que existan más y mejores condiciones, infraestructura y políticas, podremos mantener el arraigo de las familias en los pueblos del interior, con cientos de productores pequeños y medianos dándole vida y continuidad al entramado social que ha hecho grande nuestro país. Para eso necesitamos políticas diferenciadas, condiciones impositivas adecuadas, alternativas financieras y acceso al crédito que nos permitan seguir produciendo; tratamiento impositivo progresivo, con escalas que contemplen el tamaño de los actores y permitan que todos podamos continuar trabajando; un seguro multirriesgo, entre otras cuestiones. Pero fundamentalmente, es urgente que nos dejen de poner el pie encima, que dejen de beneficiar a los amigos que son los que concentran y nos expulsan a los productores genuinos y que dejen de aplicar una política errada tras otra.
Desde FAA, y como lo hemos hecho en estos 111 años de vida, seguimos trabajando por hacer realidad esos anhelos y esos sueños. Seguimos trabajando como el primer día en defensa de los productores más chicos, de la Pampa Húmeda y de las economías regionales, que continúan luchando con sus familias por continuar viviendo y trabajando en los pueblos que nos vieron nacer. Un abrazo y un cálido saludo a todos los federados, en esta fecha tan importante para todos nosotros. Sigamos haciendo grande nuestra entidad. Continuemos manteniendo firme el legado de los pioneros de Alcorta, por los sueños que nos faltan. En este país maravilloso, con diversidad de climas, de producciones, de procedencias migratorias y con muy mucha buena gente, pujante y con una juventud entusiasta, que tiene la destreza de manejar y amigarse con la tecnología, podemos lograr la eficiencia productiva, cuidando el ambiente y consolidar el arraigo, el progreso y desarrollo.
(*) Por Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina