La mayoría de los cultivos estivales presentaron performance aceptables, pero los maíces tardíos y de segunda no corrieron la misma suerte, con mermas por chicharrita de hasta 80%.
Las Regionales del Nodo Litoral de Aapresid, Videla, Villa Trinidad y Paraná, presentaron un resumen de la pasada campaña gruesa, con lecciones y aprendizajes que pueden ser decisivos a la hora de encarar esta 2024/25.
Las condiciones climáticas bastante uniformes para todo el Nodo mejoraron después de un invierno muy seco, con precipitaciones que comenzaron a fines de octubre y todo noviembre, hasta marzo inclusive.
La prolongada sequía invernal demoró las siembras en soja de primera, y maíz temprano. En todas las Regionales el factor común fue la escasa performance de los maíces tardíos o de segunda por achaparramiento con pérdidas superiores al 80%.
Fechas de siembra y antecesores:
En Videla las siembras de soja comenzaron a fines de octubre y la cosecha a finales de marzo con algunas interrupciones por las lluvias. Se sembraron en total 2109 has de soja 1°, y 3471 de soja 2°.
En Villa Trinidad se sembraron 3036 has de soja, entre primera y segunda. Las siembras de primera se demoraron hacia la segunda quincena de noviembre debido a la escasez hídrica y, las de segunda comenzaron en la primera quincena de enero.
Las siembras en Paraná comenzaron a principios de noviembre para la soja de primera, y principios de enero para la soja de segunda.
El antecesor invernal por excelencia de la leguminosa fue el barbecho en el 80% de los lotes, y los cultivos de servicios fueron la excepción, ocupando un 10 % de los lotes.
En el caso del maíz, las siembras se desarrollaron durante octubre para maíces tempranos, mientras que las de maíces de segunda o tardíos no arrancaron sino hasta finales de noviembre. El principal antecesor del maíz, en todas las Regionales también fue el barbecho, mayormente de soja.
Manejo de los cultivos:
En la Regional Videla la performance del cultivo de soja, de primera y segunda, fue en general muy buena. En algunos casos se realizaron hasta 4 aplicaciones de insecticidas para el control de lepidópteros y chinches. En lo que refiere a malezas, las más difíciles fueron yuyo colorado, chloris, sorgo de Alepo y rama negra.
En términos de rendimientos, la soja de primera mostró valores de entre 28 a 35 qq/ha y la soja de segunda promedió los 35 qq/ha.
En el caso del maíz hubo claras diferencias en el desarrollo y performance entre el maíz temprano o de primera y el tardío. Esto se vio reflejado en los rindes, que promediaron los 88 qq/ha en tempranos versus los 4 qq/ha de los tardíos, debido principalmente a la incidencia de Dalbulus maidis, la chicharrita vector del complejo del virus del achaparramiento del maíz.
En la Regional Villa Trinidad el cultivo de soja presentó buenas condiciones hídricas, y también recibió aplicaciones de insecticidas para chinche y preventivas de fungicidas debido al año lluvioso. Los rendimientos promedio fueron de 30 qq/ha para soja de primera y de segunda.
En el caso del maíz, el cultivo corrió la misma suerte que el general del Nodo, donde a pesar de las excelentes condiciones hídricas, sobre todo en siembras tempranas, la chicharrita produjo pérdidas mayores al 85%. La repercusión en el rinde fue evidente, con promedios de 25 qq/ha para los tardíos y de 11 qq/ha para los de segunda.
En la Regional Paraná los cultivos de soja, girasol, sorgo y maíces de primera presentaron de buenas a muy buenas condiciones, a diferencia de los maíces de segunda que siguieron la tendencia del resto del Nodo, con performances de malas a muy malas.
El girasol presentó rindes promedios de 20 qq/ha, la soja de primera hasta 30 qq/ha, y soja de segunda un promedio cerca de los 20 qq/ha. Los maíces tempranos lograron rendimientos hasta 70 qq/ha y los de segunda por debajo de los 50 qq/ha.