El último informe de la Red Nacional de monitoreo de D. maidis revela poblaciones en aumento y la REM de Aapresid comparte las claves para no bajar la guardia.
El 8 de mayo la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis publicó su 18° Informe, donde advierte que, tras una campaña de maíz relativamente “calma” respecto de la olvidable 2023/24, las trampas instaladas en todo el país comenzaron a mostrar aumentos en la cantidad de individuos capturados durante Abril.
En el NOA y NEA se detectaron aumentos de +100 adultos/trampa en maíces en etapa final, mientras que en el Centro-norte del país – donde se observó presencia de la plaga en el 88% de las localidades -, el 43% de los sitios evidenció capturas superiores a 100 adultos/trampa. En el Litoral, donde la mitad de los lotes ya fueron cosechados, el 37% de las localidades presentaron +50 adultos/trampa.
Foto. Mapa de calor en función de la evolución de la cantidad de adultos de D. maidis capturados con trampas adhesivas en las localidades relevadas desde el 1° al 18° informe de la Red Nacional de Monitoreo.
A no bajar la guardia
En este contexto, desde la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) advierten que conviene permanecer atentos, sobre todo sabiendo que la chicharrita es capaz de sobrevivir migrando largas distancias, o entrando en estados de “dormancia” en rastrojos y otros hospedantes por hasta 5 semanas a la espera de nuevas plantas.
Así, el control de maíz “guacho” o “voluntario” – plantas originadas a partir de espigas granos que caen durante la cosecha y/o transporte – se vuelve clave, ya que actúa como “puente verde» entre una cosecha y otra, albergando tanto al vector, como a los agentes causales del achaparramiento.
El control de maíces guachos comienza en la cosecha, con la regulación de la cosechadora: inspección estática del cabezal y ajustes del mismo en el lote, ajuste de sistemas de trilla, separación y limpieza, monitoreo constante, capacitación del personal y acompañamiento técnico especializado.
Yendo al control químico, y en casos donde la infestación sea significativa, el uso de herbicidas selectivos como graminicidas es una herramienta efectiva. El control debe realizarse cuando la planta tiene como máximo 3 o 4 hojas, evitando esperar ante germinaciones escalonadas con el fin de ”aprovechar la aplicación”. En estadios de desarrollo más avanzados, se recomienda preferentemente herbicidas FOPs, que tienden a presentar una mayor eficacia.
Por último, es clave prestar atención a la calidad de aplicación: condiciones climáticas, elección correcta de la boquilla de aplicación, cobertura de las gotas, presión, volumen de caldo, uso de adyuvantes, etc.
Manejo químico, biológico de la chicharrita y el rol de los coadyuvantes
La REM lideró semanas atrás una jornada en Videla donde se recorrieron ensayos para conocer la performance de distintos activos en el control de la plaga.
En ese marco, el especialista Alejandro Vera de EEAOC advirtió que – dado que se trata de una plaga móvil, de rápido crecimiento poblacional y con capacidad de “autolimpiarse” los activos de su cuerpo para reducir su eficacia, es clave apostar a estrategias que complementen rapidez y persistencia.
En cuanto a los activos evaluados, los organofosfatos destacaron por su efecto de “volteo” en situaciones de poblaciones altas. Los pirroles sobresalieron por su alto poder de volteo, amplio espectro de control y estabilidad, actuando por contacto e ingestión, con persistencia en hoja y buen movimiento dentro de la planta.
Los piretroides se posicionaron como opción de amplio espectro, bajas dosis y costo accesible, aunque con mejor performance cuando se los acompaña con activos de mayor residualidad. Los neonicotinoides son opciones interesantes – en especial combinados con piretroides -, ya que poseen acción de contacto e ingestión y capacidad de movilización dentro de la planta para el control de insectos chupadores, como la chicharrita.
Sulfoxaflor apareció como único integrante de una nueva clase química, las sulfoximinas, causando una acción distinta a los neonicotinoides al interactuar en un sitio de acción diferente. Isocycloseram pertenece a un nuevo grupo, las isoxazolinas. Además del volteo, permitió un control prolongado de un amplio espectro, que inhibe rápidamente el daño producido por los insectos y otorga acción protectora residual.
Biológicos contra chicharrita
En el evento también se evaluó el control con los hongos de contacto Beauveria bassiana e Isaria fumosorosea, como alternativas biológicas. Su efecto se visualiza tras algunos días, siendo un complemento interesante para disminuir poblaciones a mediano plazo.
Entre sus ventajas se destaca su alta especificidad, el bajo impacto sobre enemigos naturales y su contribución a la diversidad biológica en el sistema productivo. Sin embargo, su eficacia depende de factores ambientales como la humedad y la temperatura, siendo clave el buen momento de aplicación.
El uso de coadyuvantes mostró ser una decisión inteligente para mejorar el accionar de los insecticidas, tanto químicos como biológicos. Estos actuaron mejorando el tamaño de gota y la cobertura de los tratamientos en hasta el doble.
Nadie se salva solo
Desde la REM destacan la importancia de la generación de información local, que se vuelve esencial para afinar la toma de decisiones en campañas donde la presión del vector caira mucho según la zona.
Asimismo, es clave la acción colectiva de productores, técnicos asesores y redes de monitoreo para seguir de cerca el avance de la plaga y mantenerse informados.