La Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA), estuvo presente en el III Encuentro Nacional sobre producción con biológicos (EnBio 2024), evento que se llevó a cabo en el Campus de la Universidad Nacional de Villa María y registró una convocatoria récord de empresas y asistentes que superó las 1.300 personas.
Allí, el director ejecutivo de la entidad, Armando Allinghi, participó en dos espacios, en el taller “Periurbanos con biológicos. ¿Es viable?”, y en la charla sobre “Perspectivas de crecimiento del mercado de biológicos. La visión de las Cámaras.”
En este marco, el especialista se refirió al panorama mundial de los bioinsumos, al comentar que en el 2021 se produjeron USD 10.600 millones de insumos biológicos. Y además que se prevé una tasa compuesta de crecimiento anual determinada del 11,9% para el quinquenio hasta lograr USD 18.500 millones en 2026.
“El mercado global de productos químicos fue de USD 61.300 millones y se estima una tasa de crecimiento del 3,7% para el mismo quinquenio”, comentó Allinghi.
En el caso de productos de protección de cultivos, dijo que representan actualmente el 1% del mercado y en su mayoría (80%) para frutas y vegetales.
Por otra parte, se proyecta que para el 2025 el mercado de productos de biocontrol alcance los USD 1.800 millones de dólares y crezca por sobre los USD 3.400 en 2029.
En cuanto a la historia de los bioinsumos en Argentina, Allinghi destacó que fue en 1996 con la aprobación de la Soja RR y la siembra directa, empujando al sector y dando comienzo a los biofertilizantes.
“Las tecnologías existían, pero ahora están teniendo auge, entonces tanto el mismo Gobierno, sea Senasa regulando o como en su momento o la Secretaría de Agricultura, están en la búsqueda de las tecnologías en conjunto con la industria junto a las universidades y el Conicet”, agregó. También comentó que la nueva normativa del Servicio sanitario nacional da un marco distinto registrando estos productos en su propia normativa.
Por otra parte, se refirió a la gran predominancia de los inoculantes, principalmente desde el crecimiento de la soja como cultivo importante, y a la capacidad industrial instalada a nivel nacional para su producción. Y destacó que existen muchas entidades (públicas y privadas) con experiencias que se dedican a la investigación y desarrollo de bioinsumos. “Hay una necesidad de posicionar otros tipos de bioinsumos en el sistema productivo”, afirmó.
Asimismo, señaló que el contexto social es favorable y que el productor es históricamente adoptador de tecnologías.
Además, compartió que desde el 2015 trabajan con Fertilizar Asociación Civil en la realización de un estudio cuyas principales conclusiones son que el sector de bioinsumos se encuentra en un estado de pleno crecimiento; los productos son históricamente receptivos a nuevas tecnologías (siempre ligados a las condiciones ambientales, económicas y políticas); que el uso de bioinsumos es complementario con el de otros insumos; que el mercado está muy afectado por las condiciones climáticas y que el mismo se encuentra en un estado de dimensionamiento.
De esta charla, también participaron Eduardo Pérez (Casafe) y Jimena Sabor (Cabio).
Periurbanos con biológicos
En sus primeras apreciaciones sobre los bioinsumos en los periurbanos, el Director de CIAFA destacó el rol fundamental que juegan las diferentes reglamentaciones o legislaciones de los municipios a la hora de:
A) Cercanías a núcleos urbanos;
B) Definiciones variadas;
C) Límite en constante desplazamiento;
D) Mayor propensión a la crítica social;
E) Responsabilidad en las aplicaciones.
Allinghi mencionó a una sugerencia en cuanto a una recomendó una publicación de la Red de BPA, la cual se refiere a recomendaciones de normativas para departamentos, municipios y partidos que regulen sobre sus aplicaciones de productos fitosanitarios.
Asimismo, hizo referencia a las ventajas en la utilización de los bioinsumos y detalló los siguientes ítems a tener en cuenta:
a) Extensa mayoría aptos para uso en planteos orgánicos;
b) Mejoras de las propiedades del suelo;
c) Menor impacto ambiental;
d) Menor riesgo de los productos.
El Ejecutivo hizo alusión a dos puntos fundamentales a la hora de la aplicación de bioinsumos en zonas periurbanas, por un lado, el Control Biológico de Microorganismos (ej: Bacillus sp, trizodherma sp, etc.) y por otro a los extractos vegetales (Metaleuca alternafolia, Extracto de Neem).
En cuanto a las consideraciones para su uso, destacó las propias del ambiente (alcalinidad/ácidos del suelo; calidad del agua; disponibilidad de nutrientes; microorganismos bacteriófagos del suelo y temperatura ambiente) y las propias del producto (condiciones de almacenamiento, incompatibilidades con otros productos).
Como conclusiones, el directivo afirmó que el uso de bioinsumos incorpora a la producción nuevas estrategias a la sanidad del cultivo. Su uso no está aislado de otras prácticas, siendo más importante que nunca pensar la producción de forma sistémica y disminuir una de las causas de conflicto social en el área periurbana.
“El uso de bioinsumos y prácticas de manejo conjuntas apropiadas en cultivos periurbanos hace posible la intensificación sostenible del espacio y los recursos”, finalizó Allinghi.