La evolución de sistemas exclusivamente ganaderos a planteos mixtos o agrícolas, trae un cambio de paradigma a la hora de manejar las producciones invernales. Antes pensábamos al verdeo con único destino como forraje o grano, pero ahora sabemos que como cultivos de servicios son mucho más que eso: participan en la fijación biológica de nitrógeno (N), el control de malezas, el secuestro del carbono en la materia orgánica (MO) del suelo, en la mejora de propiedades físicas del suelo, en la retención de nutrientes en el sistema y su exportación a la producción de carne, entre otros.
En la UPA Ganadera organizada por la Regional Aapresid Mar del Plata, el Ing. Agr. Guillermo Divito, Director de EDM y asistente técnico de la Regional, puso sobre la mesa datos de interés de la Red de Cultivos de Servicios para la implementación de estas coberturas y su manejo al servicio de la ganadería.
¿Cómo repensar los verdeos para potenciar servicios de interés?
Volviendo a intensificar los sistemas, cubriendo los baches del año que quedan sin cobertura, metiendo cultivos creciendo activamente, buscando más biomasa aérea y de raíces, hace que podamos cosechar mucho más que forraje. Los cultivos de servicios (CS), y en particular las leguminosas, tienen ese plus necesario.
Es un hecho que tenemos que aportar N a nuestros suelos y la estrella del partido es la Vicia villosa. Con un 25% de leguminosas en las mezclas, se logra aumentar la productividad del CS y del cultivo de renta subsiguiente. Resultados de la Red de CS muestran una ganancia de hasta 2000 kilos de rinde de un maíz salido de CS con leguminosa versus uno sembrado posterior a un barbecho o incluso luego de una gramínea ya que éstas inmovilizan el N en lugar de fijarlo.
Guillermo señala que gran parte de la superficie que conquistó la Vicia villosa se debe a “su facilidad de implantación porque tiene una semilla relativamente grande y eso también permite siembras aéreas, buen comportamiento agronómico, es más tolerante a la sequía y al frío, genera más producción de materia seca (MS), el secado final no genera complicaciones y es de fácil cosecha en el caso de usarla para semilla propia”.
Aparecen otras opciones también como la Vicia sativa que es más palatable al ganado porque no tiene pubescencia, y el Trébol persa (Trifolium resupinatum) que tiene porte erecto, tallo suculento y muy buena producción de MS también.
Vicia: hacer bien la tarea asegura su éxito en la rotación
En el sur bonaerense la clave está en sembrar la vicia relativamente temprano entre el 15 de febrero y el 15 de marzo con densidades de 30 kg/ha de vicia villosa y 50 kg/ha de avena para lograr buen crecimiento. Pero si nos vemos obligados a retrasar la fecha de siembra, aumentar la proporción de gramíneas en las mezclas sirve para cubrir más rápidamente el suelo, y dejar que la vicia predomine en primavera luego del pastoreo de invierno.
De esta forma, la leguminosa acumula entre un 50 y 60% de nitrógeno en su biomasa aérea a través de fijación biológica; y el resto lo destina a las rizodeposiciones. Cualquier leguminosa tiene entre 3 – 3,5 % de su biomasa aérea con N, es decir, que en 1 tonelada de MS tengo 30 – 35 kg de N. “De ese valor más de la mitad proviene de fijación biológica, es decir, ganancia neta de N que no tenía en el sistema y eso además es una ganancia monetizable”, resalta Divito haciendo hincapié en la importancia de la inoculación.
Respecto al control de malezas, con buen manejo es posible lograr un colchón de rastrojo suficiente para impedir su proliferación, pero es fundamental la correcta elección de las mezclas y el apoyo con herbicidas pre-emergentes ya que con la introducción de leguminosas el espectro de herbicidas se reduce y puede ser problemático en lotes con escapes de crucíferas.
¿Qué pasa con los nutrientes y el aporte de MO cuando pastoreo el CS?
En este sentido, las raíces juegan un rol destacado en el aporte de carbono a la MO del suelo ya que su biomasa es mucho más eficiente en formar parte de la MO que la biomasa aérea, es decir que el pastoreo no está afectando ese aporte. Como tampoco lo hace sobre la exportación de nutrientes en carne. Para dar un ejemplo, unos 300 kilos de carne se llevan tan sólo 8,1 kilos de nitrógeno y 2,1 kilos de fósforo. En el caso del fósforo puede ser necesario una incorporación adicional por las pérdidas en orina y otros residuos.
Con esto Guillermo quiere llevar tranquilidad con el mensaje de que con pastoreos moderados y dejando remanente, el impacto de llevarnos algo de esa biomasa aérea sobre la contribución de MO al suelo, es mínimo, así como también la exportación de nutrientes en carne es muy baja.
En síntesis:
– aprovechar el nicho que nos dan los verdeos tradicionales como avena y raigrás para fijar N con leguminosas.
– los CS pastoreados son excelentes para controlar malezas, con precaución en lotes con crucíferas.
– el pastoreo no resta tanto aporte de carbono al suelo.
– siembras aéreas dan otra factibilidad logística y la vicia se adapta muy bien.
– la exportación de nutrientes es muy baja, hay que fertilizar bien y en especial con P a las leguminosas.
– se capitalizan los beneficios del CS.
Cambia el paradigma: el verdeo es el mismo pero podemos cosechar mucho más que forraje.