Así lo expresó el economista Carlos Melconian, que junto al analista político Alejandro Catterberg cerró “A Todo Soja”, el congreso que la Federación de Acopiadores realizó entre ayer y hoy en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), como parte de “Mercosoja 2019”.
El análisis del convulsionado escenario político y económico fue el broche de cierre para “A Todo Soja”, el congreso que la Federación de Acopiadores realizó entre ayer y hoy como parte de “Mercosoja 2019”, evento organizado por la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA) en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Moderada por el presidente de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara, y su par de ACSOJA, Luis Zubizarreta, la disertación final estuvo a cargo del economista Carlos Melconian, de M&S Consultores, y el analista político Alejandro Catterberg, de Poliaquía, quienes echaron un poco de luz a la incertidumbre financiera que vive el país luego de las elecciones primarias celebradas el pasado 11 de agosto.
Según Melconian, el resultado de las PASO desató el problema de una transición compleja, que si ganaba Macri no hubiese ocurrido. Aunque aclaró: “Si bien el triunfo de los Fernández generó esa reacción en los mercados, también cabe preguntarse qué frágil era lo que había para que se enloquezcan tanto. No pasó esto cuando ganó la izquierda en Chile o México”.
En este escenario, Melconian comparó al Banco Central con una vaca que debe cuidar la leche para alimentar a 3 terneros: la deuda, la demanda del mercado cambiario y los depósitos de los ahorristas. “Para cuidar a los depósitos fue necesario darle menos leche a los otros dos terneros. Por eso se reperfiló la deuda y se puso el cepo para más de 10 mil dólares mensuales”.
En ese sentido, consideró que “se puede lograr” llegar al 10 de diciembre de manera prolija. “Aunque mientras más ordenada sea esa transición, menos leche va a quedar para el próximo gobierno”, aclaró.
Para el economista, los granos que puedan tener guardados los productores en los silobolsas no representan un problema. “El retaceo en la venta de la soja significa que esos productores también van a comprar menos dólares. ¿O acaso alguno se queda con pesos después de vender la cosecha? Entonces, al final del día la cuenta sigue dando 0”.
Melconian explicó que el tipo de cambio está en niveles altos. “El dólar a 9 pesos de (Axel) Kicillof equivaldría a 30 de hoy. Mientras que el dólar a 20 de (Federico) Sturzenegger serían como 32 de ahora”, ejemplificó.
En cuanto al nivel inflacionario, consideró que todavía no se llegó a niveles incontrolables. “En agosto cerramos en un 4%. No es 2, pero tampoco es lo que algunos se imaginaban”.
Si bien evaluó que falta “una eternidad” para analizar lo que le espera al país durante 2020, Melconian aseguró que el próximo presidente tendrá dos herencias: la que dejó Cristina Fernández y la que Mauricio Macri no pudo resolver. “Macri tomó deuda para cubrir la herencia de un gasto público infinanciable. Pero así el día que no te prestaran más plata cagabas, y cagó. Entonces ahí vino la dieta, que es el plan picapiedra del FMI”.
Si bien consideró que Alberto Fernández hasta hace 3 meses “ni siquiera se imaginaba que iba a ser candidato”, Melconian no descarta que finalmente pueda hacer el ajuste necesario en caso de ser electo en los comicios del 27 de octubre. “Al peronismo o la izquierda lo dejan hacer ese ajuste. En cambio, al niño rico no se lo permiten”.
Por su parte, el analista de Poliarquía, Alejandro Catterberg, opinó que Fernández tendrá una disyuntiva entre ajustar la economía y las exigencias de una parte de su electorado. “Hay votantes que lo eligieron para que les dé flan. Eso significa mayores retenciones e impuestos para redistribuir. Subir el gasto es fácil, pero no bajarlo. A eso se suman las restricciones del FMI y un contexto geopolítico que a nivel mundial no es igual que cuando estaba Cristina”.
Para Catterberg, hoy la duda pasa por si el kirchnerismo usa al peronismo para llegar al poder, o si es al revés. “Eso lo veremos a medida que avance ese eventual gobierno. Tiendo a pensar que Alberto hará sus propias políticas y no será manejado por Cristina o Máximo Kirchner. Una parte de la coalición es k, pero hay otras dos patas que son los gobernadores o intendentes peronistas y Sergio Massa con el Frente Renovador. Por otra parte, creo que Cristina quiere ocupar un rol secundario. Si todo sale bien va a decir que es gracias a ella, pero si no es así la culpa será de Alberto”.
En cuanto al futuro del gobierno de Mauricio Macri, el especialista opinó que apenas hay un “3 o 5%” de chances de revertir el resultado electoral y que las prioridades del mandatario deberían pasar por evitar una mayor crisis y obtener un resultado digno en octubre, para así lograr un equilibrio de fuerzas a futuro. “No es lo mismo que Cambiemos saque 38, que 25% en octubre. Porque eso significa menos bancas. Si María Eugenia Vidal logra un 2 o 3% más que en las PASO, evitaría que Axel Kicillof obtenga mayoría en el Senado bonaerense. Por otra parte, hay en juego intendencias, la gobernación de Mendoza donde el radicalismo puede perder con un camporista y la Ciudad de Buenos Aires, donde es muy probable que Horacio Rodríguez Larreta sea reelecto pero todavía no está resuelto. Es decir, no comparto la idea de mandar al arquero a cabecear con el riesgo de comerse una goleada porque total no pasa nada. Para el gobierno hoy es más prioritario mantener la defensa ordenada, porque todavía restan otros partidos por jugarse”.
A su vez, Catterberg analizó el porqué del resultado electoral, que la mayoría de las encuestas no pudieron reflejar. “Hay un tercio de la sociedad que es kirchnerista, otro tercio antiperonista que optó por Macri y una tercera parte a la cual no le interesa la política y en este caso eligió entre guatemala y guatepeor. Ese sector es el que las encuestas no pudieron reflejar por reticencia a responderlas”, concluyó.