El líder comercial de Stoller para Argentina, Uruguay y Bolivia, Sebastián Spaccesi, renueva las ilusiones al pensar en la próxima siembra fina, sabiendo que las condiciones para el trigo mejoraron notablemente en las últimas semanas, favorecida por un leve aumento del precio del cereal y la baja en el valor de los insumos.
No hay dudas que agronómicamente el año “pinta” muy bien para sembrar trigo en la Argentina, con un clima que fue muy favorable a la hora de reponer los perfiles y asegurar los primeros ciclos del cultivo. No obstante, la única duda que el productor mantenía hasta hace unos días atrás era la ecuación económica, que comenzó a revertirse positivamente en las últimas semanas.
Esta situación quedó plasmada en la última edición de A Todo Trigo, que se realizó en la ciudad de Mar del Plata durante la primera semana de mayo, donde las expectativas sobre las intenciones de siembra del cereal muestran un crecimiento importante.
En ese marco, el líder de Stoller, Sebastián Spaccesi, sostuvo que el motivo de esa recuperación de expectativas está dado por un repunte en los contratos de precios hasta diciembre, y una disminución en el valor de los fertilizantes.
Sin embargo, no dejó de ser cauto: “A pesar de que las expectativas bajistas del precio de los insumos eran mayores a las que finalmente ocurrieron, con una caída del 8% en el valor de la urea en abril, se respaldó la intención de siembra, pronosticando una buena campaña”.
En el Congreso, que reunió a la cadena del trigo, Spaccesi, contó que en una encuesta realizada por su empresa a 500 productores quedó claro que el gran problema que el sector tiene para definir si produce o no trigo, es la rentabilidad.
“Cuando observamos la próxima campaña fina, el tema de mayor relevancia es la rentabilidad de los productores. Sin embargo, en las últimas semanas, pudimos notar un cambio positivo, favorecido por un leve aumento del precio del trigo y la baja en los valores de los insumos”, destacó, admitiendo que también hubo un cierto “apoyo gubernamental”, que inclinó la balanza.
LA PALABRA CLAVE: RENTABILIDAD
La campaña comienza a enfocarse en la rentabilidad mediante la eficiencia agronómica, maximizando el uso de tecnologías como el programa Trigo 360° de Stoller, que permite lograr altos rendimientos de manera sostenible y amigable con el ambiente.
“Cuando hablamos de rentabilidad, creo que todos coincidimos en que hay que hacer la diferencia desde lo productivo. Es una campaña donde el peso de lo financiero será poco y nada y realmente vamos a tener que jugar el partido desde la agronomía”, sostuvo convencido Spaccesi.
Con ese escenario, entiende que la clave será el uso correcto de tecnologías, con el aporte de la fertilización variable, el manejo por ambientes y el conocimiento de la calidad de cada suelo.
“Además, debemos enfocarnos en utilizar cultivos de servicio, trabajar con buena genética y, por supuesto, asegurar una buena sanidad en la campaña que se aproxima”, sostiene el entrevistado.
Desde ese lugar, propone defender la eficiencia y las rentabilidades, sumando su programa Trigo 360°, enfocado en cereales de invierno, trigo y cebada, que aborda uno de los principales desafíos del productor: producir más, de manera eficiente con menor uso de insumos.
“Mediante este programa aportamos certezas y resultados en momentos clave como la germinación, con más vigor y desarrollo radicular, lo que mejora el aprovechamiento del agua y los nutrientes. Luego vía foliar incrementamos la tolerancia al estrés, y además nos aseguramos el aporte de nitrógeno en los momentos que la planta lo demanda, entre otros beneficios”, dijo.
El programa ofrece la aplicación de tres productos en diferentes momentos de la campaña: Comenzando con Nutrimins en una etapa clave como es el tratamiento de la semilla.
Luego BlueN en macollaje para capturar y fijar nitrógeno de la atmósfera y como estimulador de la fotosíntesis, y finalmente Stimulate, un potente fitorregulador que puede aplicarse desde macollaje hasta hoja bandera.
EL APORTE BIOLÓGICO
En “A Todo Trigo”, Stoller presentó su nuevo producto, capaz de suministrar al cultivo de trigo entre 26 y 40 kilos de nitrógeno, con un promedio de aporte de aproximadamente 30 kilos a lo largo de todo el ciclo.
Se trata de BlueN, una bacteria fijadora de nitrógeno que se aplica de manera foliar, recomendada para ser utilizada en estadios tempranos. “BlueN es el producto biológico que más expectativas despierta en el sector, debido a su enorme poder para colonizar la planta y fijar el nitrógeno atmosférico, eficientizando notablemente los costos de fertilización”, destacó el líder comercial de Stoller.
Este novedoso producto realiza un aporte complementario o suplementario a la fertilización de base, pero de manera sincrónica con la demanda. “Eso es algo que no podemos lograr con una fertilización tradicional, donde el nitrógeno se aplica normalmente en uno o dos momentos fijos dentro del ciclo”, agregó el vocero.
Para finalizar, dejó un mensaje claro para los productores, en un ciclo que sin dudas será desafiante para cada uno de ellos: “Es indispensable pensar en este tipo de tecnologías porque nos permite ser más eficientes en el uso de los recursos, y eso incrementa la rentabilidad final”.