Debemos certificar y medir el ciclo de vida de los productos que exportamos para responder a las exigencias europeas y no quedar afuera de esos mercados
Ignacio Garciarena (Miembro del Programa Internacional y la Regional 25 de Mayo de Aapresid) presentó al Med. Vet. Gastón Funes (Agregado agrícola Argentino en la Unión Europea) y a la Politóloga Sabine Papendieck (PACN), quienes hablaron de las políticas de mercado europeo y los desafíos que enfrenta nuestro país, como productor de alimentos, para acceder a ellos.
Para ponernos en contexto, Gastón Funes dijo que la Unión Europea (UE) está comprendida por 450 mil de consumidores, los cuales gastan U$S 35 del PBI per cápita con altas exigencias del calidad. Nuestro país ocupa el séptimo lugar como abastecedor de alimentos, y el 75% de nuestras las exportaciones está compuesta por unos pocos productos agropecuarios, básicamente harina de soja, maíz, producción bovina (carne y lácteos), maní, entre otros. “Para Argentina la UE representa un socio comercial muy importante. Cualquier restricción que la UE imponga, puede afectar alguno de los productos exportables. Debemos diversificar”, advirtió.
Seguidamente, el disertante habló del “Pacto Verde”, un acuerdo entre los países miembros de la UE en el que se comprometen a reducir las emisiones de CO2 y llegar a la neutralidad para 2050, a fin de desempeñar un papel de liderazgo en la lucha contra el cambio climático, ser una economía próspera y equitativa. Tal es así, que el Consejo Europeo había acordado en 2014 reducir las emisiones en un 40% para 2030, y en 2020 la firma del pacto lo modifica al 55%, confirmando su compromiso.
En esa línea, el Pacto Verde promueve acciones que van de la granja a la mesa, a fin de incrementar los sumideros, la biodivesidad, reducir la deforestación, el uso de fertilizantes, agroquímicos y antibióticos, transformar el 10% de las áreas agrícolas en no productivas con fines paisajísticos, hay mayores exigencias de bienestar animal, trazabilidad y etiquetados. Además, impone a la cadena de suministros, incluso las importaciones, que no tengan impacto en el carbono. “Se alienta a las cadenas cortas de producción y consumo local. Esto va a significar un aumento de las exigencias para los productores europeos y también para los países que exporten alimentos como en nuestro”, advirtió.
En ese contexto, el sector agrícola europeo expresa su preocupación al reducir su competitividad por el aumento de costos, y está exigiendo compensaciones.
Frente a este panorama complejo, Argentina tiene que trabajar en forma estratégica, coordinando acciones desde lo público y privado para promover la trazabilidad, las certificaciones, tal como propone la plataforma de Aapresid, y hay mucha información para aportar. “La Argentina resalta su condición de país verde. Con enfoques y medidas basadas en la ciencia. Tenemos que mostrar modelos de know how para la UE, por ejemplo la siembra directa, la edición génica, etc.”, indicó
Para dar la mirada del sector privado, Sabine Papendieck expreso “Hay una vara muy alta para nuestro país para acceder a estos mercados, tan importante como destino de exportación” . Un aspecto positivo que indicó es la necesidad de abastecer de alimentos a una población creciente y para ello se necesitarán incorporar más tierras para cultivar y allí entra América Latina.
Hablando de responsabilidades en términos de emisiones, dijo que no todos los países son lo mismo. Argentina tiene una incidencia muy baja (0,9%) y el 0,025% corresponden a la agricultura. “A la agricultura siempre se la pone del lado del culpable, pero es parte de la solución por ser un sumidero de carbono. Por eso tenemos que saber cuánto emitimos en cada eslabón de la cadena. Las buenas prácticas ambientales son muy importantes. Pasar a la neutralidad, y mejor aún que sea positivo, es una buena oportunidad para capturar bonos de carbono”.
En ese escenario, la Politóloga reforzó la idea de medir el ciclo de vida de nuestros productos para tratar de responder las exigencias europeas, empleando metodologías validadas, gestionar con buenas prácticas agrícolas. “Debemos trazar y certifica a partir de valores propios desde la cuna hasta el puerto de salida. Tenemos que medir para saber dónde estamos”, indicó.
Respondiendo a esas necesidades, Papendieck hablo del Programa Argentino de Carbono Neutro (PACN), un programa privado de adhesión voluntaria cuyo objetivo es promover la consolidación de una marca sustentable para productos alimenticios, bebidas, bioenergías de exportación. Mediante un trabajo sectorial conjunto, donde están involucrados todos los actores de la cadena, definen metodologías de cuantificación, prácticas de medición, para la mejora y neutralidad de la huella de carbono hasta la captura de valor económico de las reducciones logradas.
En un trabajo colaborativo, el PACN brinda herramientas disponibles al público general, tal como Manual de cálculo sectorial y el Manual de buenas prácticas ambientales. “Hoy tenemos la mesa de oleaginosas, la de maíz y sorgo y últimamente se incorporó la de trigo”.
Para cerrar, Sabine Papendieck concluyó “Argentina tiene un desafío gigante, Europa levanta la vara y nosotros tendremos que estar a la altura para responder. Tenemos que salir a comunicar lo que hacemos en términos regulatorios.”