Los condicionantes en la comercialización de maíz y la situación de la Argentina atravesaron el panel “Los desafíos del mercado internacional de maíz desde la Argentina”. En él participaron Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC); Cecilia Piermattei, miembro de la Sociedad Gremial de Acopiadores de Rosario, y Oscar Spaccasassi, gerente de Exportación de Granos de Viterra.
Los desafíos sanitarios, los conflictos bélicos que coexisten a nivel mundial y la evolución de las cosechas de maíz en otros países líderes son algunos de los condicionantes para el maíz argentino, un cultivo que tiene un gran potencial y al que se le abrirá en poco tiempo el mercado chino, si cumple todos los requerimientos exigidos, que no son pocos. Estos temas fueron abordados en el panel “Los desafíos del mercado internacional de maíz desde la Argentina”.
Oscar Spaccasassi, gerente de Exportación de Granos de Viterra, destacó la importancia del rol de la Argentina en el flujo mundial de comercialización de maíz, que, pese a que se enfrenta a poderosos competidores como Brasil o Estados Unidos, llega a numerosos destinos y próximamente tendrá la oportunidad de hacerlo a China. Sin embargo, la Argentina es tomadora de precio, lo cual genera dependencia principalmente con la evolución del mercado de Chicago.
Tras la recuperación que implicó el regreso de las lluvias, la preocupación ahora está centrada en lo que sucederá en la segunda mitad del año, destacó Spaccasassi. Entre los factores a considerar, destacó la “siembra accidentada en Estados Unidos”. Asimismo, remarcó el impacto de los conflictos internacionales, como el enfrentamiento entre Israel e Irán, Rusia y Ucrania, China y Taiwán, y “Estados Unidos participando en todas las tensiones mencionadas de una forma proactiva e interesada”.
El ejecutivo se refirió también al efecto que el cambio de paradigma tecnológico, incluyendo la irrupción de la inteligencia artificial, tienen en el sector, lo cual -opinó- impone un recambio generacional. “Las empresas que no se actualicen, las organizaciones que no introduzcan a los jóvenes en la toma de decisiones van a desaparecer”, advirtió.
También se refirió al deterioro de las condiciones ambientales, lo cual se traducirá en un sistema de recompensas en el sistema financiero para los que cumplan requerimientos asociados a la protección del ambiente.
“No es fácil trabajar en un contexto tan volátil como este, pero lo tenemos que hacer. La ventaja que tenemos nosotros es que nacimos en la Argentina, y constantemente estamos atravesando cambios”, reflexionó.
Spaccasassi apuntó que en el contexto de guerra en el escenario internacional, la evolución del maíz fue superada por otras commodities, como el oro y la plata: “Los cambios nos obligan a tomar referencias de mercado que no son las nuestras”.
“El maíz tiene un uso mundial que está creciendo. Ahora estamos solos, pero en el segundo semestre comenzaremos a competir con otros”, concluyó.
Por su parte, Gustavo Idígoras advirtió sobre el desafío fitosanitario que se enfrenta actualmente por el spiroplasma, enfermedad que afecta al maíz y cuyo vector transmisor es la denominada chicharrita. Esto sucede, lamentó, en un momento de apertura del mercado chino tras siete años de negociaciones. “La Argentina está en condiciones de quedarse con una participación muy importante y tenemos la ventana de exportación del maíz de segunda”, remarcó. Pero alertó: “No podemos fallar cuando entremos en China; porque, si en el primer año nos sale mal, la reputación será castigada en precio y credibilidad”.
“La buena noticia es que estamos en condiciones de certificar plagas. Sólo un tema no nos permite confirmar los primeros barcos a China y son los certificados de los productos biotecnológicos de los que somos adoptantes”, informó. Para el ejecutivo, “la bioseguridad puede ser una barrera o un facilitador del comercio”.
Finalmente, Cecilia Piermattei destacó que “los productos fitosanitarios autorizados por cosecha reducen la probabilidad de resistencia de plagas en mercaderías, por lo que debemos cuidarlos y utilizarlos de acuerdo con la plaga presente”. Recordó que “cada planta es diferente, las metodologías son diferentes, los equipos son diferentes. Hay que estar muy atentos desde el acopio y almacenamiento y siempre seguir la recomendación del profesional incumbente”.
Finalmente, en relación con la chicharrita, Spaccasassi reveló que en un primer momento muchos productores y operadores ignoraron su impacto, y aseguró que todavía hoy hay compradores que creen que se utilizó para incluir en el mercado un elemento alcista. “A nosotros nos consta que el efecto es importante. Estamos claramente en una situación muy adversa, y creo que lo más interesante a tener en cuenta es que el efecto en el precio de este problema todavía no está totalmente materializado”, cerró.