¿Con qué herramientas contamos para resguardar genéticamente la Ilex Paraguariensis, de forma tal de asegurar que la planta subsista en el tiempo y sea de beneficio prioritario para las poblaciones en su lugar de origen, esto es: Misiones y norte de Corrientes? Este fue el eje de una jornada que organizó el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), con la disertación de especialistas y la presencia de referentes de productores y de las principales instituciones vinculadas, como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el instituto Nacional de Semillas (INASE), el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio) y el Ministerio de Ecología de Misiones.
“Somos la potencia mundial en yerba mate y eso nos indica claramente la necesidad de preservar las condiciones genéticas de la planta”, dijo el ingeniero Alberto Re, presidente del INYM al dejar inaugurada la jornada, ayer por la mañana (11 de marzo de 2020), en la sede del INTA en Posadas. “La inquietud fue expresada por los productores, preocupados por los posibles usos del alimento, que sabemos que es excelente, y por las posibles modificaciones que se puedan dar en sus genes; y nosotros como Institución generamos el espacio para conocer con qué contamos para resguardarla”, agregó.
Nelson Dalcolmo, director por la Producción en el INYM, recordó que el tema es parte de los lineamientos del Plan Estratégico del Sector Yerbatero. “Esta inquietud está plasmada en ese documento y lo que hacemos hoy es juntarnos con quienes saben sobre el tema para conocer cómo podemos avanzar. Sabemos, por ejemplo, que no contamos con una ley nacional de recursos genéticos, y es algo que seguramente vamos a impulsar”, indicó. “El resguardo de la Ilex Paraguariensis es algo que tenemos que lograr, y luego invitar a Paraguay y a Brasil a seguir el mismo camino. Otro de los pasos será declarar a la yerba mate como Patrimonio de los tres países productores”, enfatizó el dirigente agrario.
Proteger el patrimonio
Aldo Pedro Casella, Doctor en Derecho, Mágister en Derecho Agrario Internacional y profesor en la Universidad Nacional del Nordeste, expresó que “el resguardo genético es el resguardo de un bien intangible”. La yerba mate, como especie, “tiene cualidades que derivan de su formación genética y esas cualidades puede ser apropiadas. Entonces el resguardo tiende a conservar el valor económico, el valor de aplicación de las características que pueda tener la yerba, no solo el valor alimenticio sino otros valores, hasta posiblemente farmacéuticos. Es preservar algo que es patrimonio como especie de origen de esta zona”, profundizó.
Los resguardos genéticos -puntualizó Casella en la charla que brindó a los presentes en el evento- “tienden a que los agricultores, los países que tienen especies propias, puedan disponer libremente siempre del material de producción, puedan utilizarlo, y lógicamente que eso hace a la soberanía; y por otra parte preserva la estructura productiva de las familias porque es un resguardo contra la integración de grandes cadenas que controlan los materiales de reproducción, especialmente hoy donde se trabaja en cadena que va desde un consumo básico hasta la comercialización y la tecnología intermedia”.
Sobre el cultivo de yerba mate y el contexto mundial, el abogado resumió: “no estamos aislados de lo que pasa a nivel internacional, el resguardo de las propiedades de los recursos genéticos en todos los países, especialmente aquellos que tienen mucha diversidad biológica y patrimonio genético, no es fácil porque el sistema mundial tiende a integrar, hay grandes potencias biotecnológicas. Yo diría que desde hace unas tres décadas hay una tensión importante entre las compañías que se han ido desarrollando en el ámbito de la biotecnología, y los países y agricultores que tienen actividades con esas plantas”, y puntualmente sobre la situación legal en la Argentina, puntualizó: “tenemos acuerdo internacionales, hay leyes provinciales – Misiones tiene-, pero no tenemos una ley nacional de recursos genéticos”.
María Laura Villamayor, abogada y coordinadora de Relaciones Interinstitucionales de INASE, se refirió específicamente al acceso a los recursos genéticos y la protección de su uso. Puntualizó que los tratados internacionales que se aplican en nuestro país son el TIRFAA (Tratado sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y Agricultura) y el Protocolo de Nagoya, y en la legislación argentina el tema se encuadra en el Artículo 124 de la Constitución Nacional que establece el dominio originario de las provincial sobre sus recursos naturales. “También la provincia de Misiones tiene legislación en materia de biodiversidad y conservación y vamos a seguir trabajando en normativa para realizar contratos de acceso para poder recuperar los beneficios de la utilización de los recursos naturales”, sostuvo.
Por su parte, Emanuel Grassi, director General del IMiBio, manifestó que la yerba mate “es una planta que si no la cuidamos podemos perder su integridad, sus características, y es por esto que venimos a presentar esta posibilidad de preservarla fuera del monte y fuera de los viveros, con nuevas tecnologías de crioconservación”. ¿Por qué es importante resguardarla? “Porque nos aseguramos su viabilidad durante cientos o miles de años, aseguramos que vamos a tener la genética de las plantas que a nosotros nos interesan a lo largo de los años, de tal manera que si en algún momento existiese la trágica posibilidad de que las plantas se pierdan o tengamos enfermedades que amenacen su existencia, tendremos dónde recuperarlas”, explicó el experto.
También estuvieron presentes el director del INTA Misiones, Octavio Ingaramo; el ministro de Ecología de Misiones, Mario Vialey; Pedro Lavignolle, de INASE; Julio Peterson, diputado provincial e integrante de la Asociación Civil de Productores de Yerba Mate del Norte (ACPYN); Juan Solari, de IMiBio, entre otras personas.