La empresa de Bell Ville desarrolló nuevos implementos, incursionó en un nuevo segmento de mercado y reactivó sus exportaciones a Australia.
Mainero inició sus actividades hace 87 años y se posicionó como especialista en cabezales maiceros para Argentina y el mundo. Luego amplió su oferta y sumó mixers, rotoenfardadoras, embolsadoras, segadoras y otros equipos para la producción agropecuaria.
En un año atravesado por la pandemia, donde lo “normal” tomó otra dimensión, la empresa se acomodó rápidamente para seguir fabricando equipos y poder atender a la demanda existente.
“Estamos trabajando a pleno y se ha vendido todo lo programado a pesar de los problemas de suministro causados por la pandemia y el 10% del personal ausente por ser grupo de riesgo”, señala Marcos Formica, responsable de Investigación y Desarrollo de Mainero, “Las perspectivas para el mercado interno son excelentes, con un equipo de ventas muy joven, que venía haciendo un trabajo muy destacado antes de abril y que se adaptó rápidamente a las nuevas reglas de virtualidad, sobresaliendo notablemente en este escenario tan distante de lo usual”.
Respecto del mercado externo, a pesar de las restricciones de movilidad, la empresa incrementó sus niveles de ventas, recuperó mercados y abrió nuevos. “Todo esto, sumado a una base de productos renovada, actual e innovadora (más del 50% de las ventas con productos lanzados en los últimos dos años) y a las buenas condiciones que ofrece esta coyuntura para el sector, nos ofrece un panorama optimista para la próxima campaña”, subraya Formica.
En los últimos meses, Mainero también desarrolló nuevos equipos y mejoras en los existentes. “Desarrollar es estas condiciones también supone un desafío adicional que afortunadamente nos tomó reestructurados y afianzados en ese aspecto, con un trabajo muy coordinado y aceitado entre los sectores que intervienen (I+D, Ingeniería, Calidad y Producción, etc.) que nos permitió no sólo ofrecer productos superiores sino que también desarrollados y fabricados en plazos mucho más cortos y ahora más que nunca contando con el invaluable apoyo de concesionarios y usuarios que colaboran en el proceso de validación”, agrega.
Entre los nuevos equipos se destacan:
Cabezal para maíz MDD-200: es una evolución del exitoso MDD-100, que asegura una buena performance de cosecha en condiciones de trabajos extremas como son los cultivos de muy bajo porte –espigas muy cerca del suelo- aún trabajando a diferentes distanciamientos entre líneas o direcciones de avance, incluso en suelos sueltos y arenosos.
Anteriormente, esta era una condición irreversible, donde sólo restaba disminuir la velocidad y aceptar pérdidas de cosecha. Además, se ha re diseñado el capuchón delantero del puntón para que mantenga un correcto ángulo de incidencia en cualquier combinación de altura de trabajo, disminuyendo así el riesgo de “clavarlos”. El nuevo diseño de capotas, con pendientes agresivas que permiten el rápido y fluido deslizamiento de las espigas hacia el canal donde circulan las cadenas alzadoras, consigue disminuir pérdidas en esta zona.
Por otra parte, se minimizó también el contacto en la zona de ingreso a la unidad recolectora, permitiendo reducir significativamente las pérdidas en la otra condición extrema de cosecha que es la de inserción de espiga frágil.
Mixer Vertical 2518: de 14 m3 de capacidad, permite desmenuzar y procesar fardos redondos, prismáticos y megafardos de cualquier tipo de forraje o rastrojo, seco ó húmedo, de forma simple y rápida y con el menor consumo de potencia. Es un mixer muy fácil de operar, con altura de descarga variable y con bajas necesidades de mantenimiento, que lo hacen apto para todo tipo de explotaciones donde la fibra es muy importante en la dieta.
Mixer 2961: Es un mezclador distribuidor de raciones de 16 mt3 y 7.500 kg. de carga máxima, que viene a completar la amplia gama modelos y sistemas de mixer que ofrece la firma. Apuntado a grandes productores de carne y leche, presenta alta eficiencia en el aprovechamiento de la batea y con un bajo consumo de potencia. Cuenta con reductor epicicloidal y mandos delanteros, de manera de minimizar los tiempos de mantenimiento.
Un correcto balance y diseño del chasis trasladan poca carga al tractor, asegurando un transporte sereno. Los sinfines de descarga son accionados mediante un motor hidráulico, libre de mantenimiento, que permite dosificar de manera exacta y uniforme de acuerdo a la necesidad. Posee un eje de ruedas con neumáticos de gran porte (23.1 x 26) que asegura excelente transpirabilidad sin perder maniobrabilidad a pesar de su mayor tamaño.
Más allá de los equipos para el sector agropecuario, Mainero incursionó en un nuevo mercado con nuevas máquinas desarrolladas para la arena de fractura utilizada en la estimulación hidráulica de pozos petroleros. Se trata de una embolsadora de 9 pies con sistema de freno de mayor capacidad, eje de ruedas de mayor capacidad, sistema de carga por sinfines con batea de recepción para bateas volcadoras plegable para transporte, sinfines y rodamientos especiales para la arena, etc.
En cuanto a la extractora, se utilizó el sistema de enrollado de la bolsa de carreteles verticales patentado por la firma y se desarrolló un nuevo sistema de extracción que permite extraer un granel de 1.600 kg/m3 sin sobrecargar la bolsa (patente en trámite) ni la transmisión de la máquina, también con sinfines y rodamientos especiales. En ambos casos, el consumo de potencia se mantuvo muy bajo, prácticamente el mismo que para granos. Por otra parte, IPESA desarrolló también una bolsa especial para esta aplicación con distinta composición y espesor.
Así, ese conjunto de máquinas permite reducir el costo de manipuleo de la arena que hoy en su mayor parte se envasa en origen en Big Bags (de aproximadamente 1,5 tn), se transporta a la zona de destino, se almacenan bajo techo para luego cargarse y transportarse hasta el pozo durante la fractura. Con este nuevo sistema, la arena se transporta directamente desde cantera al yacimiento a granel en bateas volcadoras y se almacena en boca de pozo también a granel en bolsones para extraerse durante la fractura simplificando, además, la logística y reduciendo las pérdidas causadas por el manipuleo de este insumo crítico para la estimulación hidráulica.