La TUCANO 560 fue diseñada en la Argentina pensando en las necesidades de pequeños y medianos productores que aunque trabajan menos hectáreas también requieren de la máxima tecnología. Gabriel Sclausero es uno de ellos y cuenta en primera persona cómo es cosechar con esta máquina.
Gabriel Sclausero trabaja 750 hectáreas arrendadas en la localidad cordobesa de Río Tercero. Hace poco más de un año se decidió por la TUCANO 560. “Soy un productor chico y hago pocas hectáreas con lo cual este tamaño me calza perfecto”, dice.
Sclausero comenzó trabajando en el campo desde temprana edad junto a su padre. La agricultura y el uso de maquinaria propia han sido el eje de su historia. Hoy Gabriel es quien lleva las riendas del negocio y reconoce que desde que CLAAS comenzó a verse en la zona “miraba las máquinas de los vecinos y quería tener una“.
La TUCANO 560 cuenta con los mismos estándares tecnológicos y prestaciones que el modelo LEXION –el más grande de la marca- pero es de menor porte y fue diseñada para atender las necesidades de los pequeños y medianos productores de toda Latinoamérica. Posee una gran capacidad de trabajo para cabezales de 9 metros de corte con doble mando de caja de cuchillas, sistema híbrido y un depósito de granos de hasta 10 mil litros de capacidad. “La máquina anda bien en verde, húmedo, seco, en todas las condiciones”, acota Sclausero.
También dispone de la máxima tecnología de precisión, como el equipamiento EASY: Piloto GPS, TELEMATICS, mapeo, el sistema AUTO CONTOUR y sistema de trilla APS con el sistema de separación del grano restante “ROTO PLUS”. “Tiene mucha más tecnología y desde arriba de la cosechadora puedo regular todas las funciones de la máquina”, sentencia el pequeño productor cordobés.
Con un diseño exclusivamente argentino y ensamblada en la planta que la empresa alemana posee en Oncativo (Córdoba), la TUCANO 560 posee un motor Mercedes Benz OM 926 LA R6 de 7,2 litros, una potencia máxima de KW/CV 220/299 y brinda todo el confort con una cabina que cuenta con aire acondicionado y calefacción.
Ahora que disfruta de las virtudes de una cosechadora con la más alta tecnología, calidad y capacidad de trabajo, Sclausero apunta a dar un salto cualitativo en la actividad. “Espero ir mejorando cada vez un poco más y que los rindes sean más altos. El desafío es que siempre nos vaya un poco mejor”, remata.